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La cuentista Sandra Araguás reivindica la tradición oral con ‘La cabra montesina’ La cuentista Sandra Araguás reivindica la tradición oral con ‘La cabra montesina’
Numeroso público acudió ayer al alfar de los Górriz, en el barrio de San Julián, para escuchar a Sandra Araguás. Bykofoto

La cuentista Sandra Araguás reivindica la tradición oral con ‘La cabra montesina’

La escritora participó en el vermú literario de la Asociación de Vecinos de San Julián
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Sandra Araguás protagonizó el vermú literario organizado este domingo por la asociación de vecinos de San Julián en el alfar de los Hermanos Gorriz. La investigadora y escritora contó a los asistentes cómo se hizo cuentista e hizo uso de la tradición oral para ganarse la atención de los niños y niñas con La cabra montesina.

Araguás tomó la palabra al mediodía en el jardín del alfar para contar que tuvo una madre “muy pesada”, que en el colegio y en el instituto la apremiaba para que no llegara tarde y le mandaba “estudiar, estudiar y estudiar”. Luego, cuando llegó a la universidad, le regaló un despertador.

Intercambio de historias

Después de licenciarse en Humanidades, obtuvo una beca para investigar la tradición oral del alto Aragón. Ante las dificultades para que las personas mayores le contarán cuentos optó por aprenderse tres, y el intercambio de historias funcionó.

Alguien le dijo que las historias que había recopilado no podían terminar olvidadas en una estantería entre las hojas de un libro. Y fue entonces cuando decidió hacerse cuentista. Para su primer trabajo, Mi madre es una bruja, no encontraba editorial, así que lo autoeditó y en tres meses había vendido mil ejemplares.

Su intervención terminó narrando el cuento de la cabra montesina, para lo que contó con la colaboración de la alumna del Pierres Vedel Elena Escolar Catalá, que estaba entre el público y se lo sabía de memoria.

Le siguieron el resto de niñas y niños que acudieron al alfar con los que Araguás mantuvo un animado intercambio de adivinanzas y trabalenguas.

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